El Rebe Iosef Itzjak de Lubavitch relató una vez la siguiente historia: Cuando yo tenía cuatro años de edad, le pregunté a mi padre: “Por que hizo Di-s a las personas con dos ojos? Por que no las hizo con un ojo, igual que nos dio una sola nariz y una sola boca?”“Conoces tu el Alef-Bet (Abecedario hebreo)?” preguntó mi padre. “Si”, le respondí.“Entonces tu sabes que hay dos letras hebreas muy similares, la letra Shin y la letra Sin. Puedes tu distinguir la diferencia entre ambas?”“La letra Shin tiene un punto en su costado derecho, la letra Sin en su costado izquierdo,” le respondí.“Bien hecho”, exclamó mi padre. “De esto aprendemos que hay cosas que debemos mirar con el ojo derecho, con afecto y empatía y que hay cosas que debemos mirar con el ojo izquierdo, con indiferencia y objetividad.”“A un libro de oraciones, ó a otro judío, debemos
mirarlos con el ojo derecho. A un dulce o a un juguete, debemos mirarlos con el ojo izquierdo.”
Parte de nuestra tarea de lograr la realización de la era Mesiánica, el tiempo cuando la espiritualidad reinará de manera suprema, se puede aprender de esta historia. Frecuentemente nos sentimos atraídos por cosas que proporcionan gratificación instantánea e ignoramos las cosas verdaderamente importantes en la vida, o nos dedicamos a ellas con poco entusiasmo porque sus beneficios son menos inmediatos.Podemos cambiar al mundo al cambiarnos a nosotros mismos, haciendo un esfuerzo para ser mas expertos en nuestro enfoque a la vida, buscando mirar a la
estupidez y al materialismo que nos confrontan con el alejamiento del “ojo izquierdo”, al tiempo que reservamos el afecto y la empatía del “ojo derecho”para la gente a nuestro alrededor y para aquellas cosas que tienen significado y santidad.
Fuente: www.vienemashiaj.com
domingo, 19 de julio de 2009
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